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domingo, 7 de octubre de 2007

HUELLAS IMBORRABLES

Leer 1er Cap.
Leer 2do Cap.

Caminé en la oscuridad de la noche, sin acordarme del miedo que me producía la luna llena. Todo estaba inmóvil y por un momento pensé que tan solo yo giraba en la tierra o que era parte de un sueño, preferí no pensar y vivir el momento sin suponer los acontecimientos futuros, decidí ser loca un instante y perder la razón quizás para detenerme tiempo después a discernir si lo que estoy haciendo es correcto. Me preguntaba qué artimañas usó para poder estar ahí detrás del árbol sin que los vigilantes lo hubiesen visto. Caminé apresuradamente y lo divise tras el tronco, sentado como un niño.

Esta tarde llegaría Alexandro directamente de Eslovaquia, luego de haber dejado la rectoría de la Universidad había estado en centenares de países, haciendo congresos y seminarios sobre economía y globalización, convirtiéndose en un gran apoyo para las naciones donde era invitado de honor, casi como un embajador. Alexandra decidió buscarlo al aeropuerto, Fabiana entre tantas actividades no podía acompañarla y añoraba verlo, hacía mucho tiempo que no observaba los ojos a su padre de forma real, sino a través de fotografías y por obra de la tecnología como la Internet. De alguna forma Alexandro siempre ha estado en contacto con sus hijas, desde que se separó de Fabiola. Hace dos horas había llegado Dona Ifigenia, estaba en la terraza tomado té de manzanilla, dialogando con Fabiana sobre el clima y los paisajes en Argentina, donde había estado con su hija mayor y su yerno, y aunque tratase de disimularlo se enojaba al recordar la posibilidad que don Amador también asistiera a la boda y con su actual esposa y tal vez sus hijos o nietos. Tantos años casados, tantos años transcurridos desde su separación, tanto compartir y ahora lo detesta. ¿Cómo un sentimiento tan puro te puede llevar a otro tan nefasto? ¿Quién odia será porque aun ama?.

Mauricio no dejaba de hablar de la boda, Alexandra traía un ramo de rosas, el director de la orquesta estaba al teléfono, mamá hablaba con el decorador y yo no podía dejar de pensar en Cesar; me preguntaba donde había estado estos dos años, Mauricio me abrazó y le sonreí, caminamos hasta la sala de estar donde lo dejé con mi hermana y papá que comentaba sobre sus viajes en Europa central, subí a mi cuarto y me lancé en la cama, enseguida sonó el celular.

-¿Fabiana eres tu?En ese instante sentí que el corazón se aceleraba, era su voz.

- Por favor no me llames, yo estoy a punto de casarme y amo a mi futuro esposo. – le dije de forma tajante, iba a colgar la llamada cuando escuché que dijo

- Te espero en el jardín esta noche, en el árbol, no faltes.

Todos dormían, observé a través de la ventana pero era inútil, la oscuridad de la noche lo envolvía todo y las ramas disminuían mi visibilidad, caminé con sigilo y salí por la puerta posterior, camine con cautela por el jardín y lo divisé atrás del tronco de mi árbol. Lo miré a los ojos, a sus ojos negros y traviesos, luego volteé, no quería que leyera en mis ojos que aun lo amaba.

-No quieres que descubras que mueres por besarme. – Dijo mientras se levantaba, sonrió y me abrazó fuertemente, quería detener ese instante, podía escuchar su corazón latir, el sonido de su respiración, sentir su cuerpo tibio

- ¿Recuerdas cuantas veces nos besamos aquí? y no solo eso… hacíamos el amor mientras todos dormían –Me dijo al oído mientras se separaba.

- ¿Dónde estuviste todo este tiempo? – Dije con firmeza y dejó de sonreír

- Esa es la respuesta que necesitas para estar segura de que te amo... yo puedo demostrar de muchas formas lo que siento por ti.

- ¡Basta Cesar! No quiero escucharte, mañana voy a casarme, mañana a esta hora estaré de luna de miel en Grecia, muy lejos de aquí y de ti.

- Estarás con un hombre que no amas – Interrumpió él, con tranquilidad, su tono de voz era sereno. – No lo hagas mi Fabi, no te sacrifiques de ese modo, no me mates en vida, huye conmigo, vámonos de aquí, de tanto protocolo, de tantas normas, amémonos como antes… quiero verte sonreír, gritar sin temer al que dirán.

Cesar me tomó en sus brazos y me besó, sentí su aliento, saboreé su ser, enloquecí con su aroma, lo observé a los ojos, no sé cuanto tiempo pasó pero volví en mí al escuchar el sonido de la bofetada que le di, corrí ahogada en lágrimas y subí a mi habitación.

La mansión estaba impecable, y desde el amanecer el decorador y sus asistentes estaban de un lado a otro, los criados no se daban abasto entre tantas llamadas telefónicas, tantos regalos recibidos, Doña Ifigenia leía cada tarjeta y Fabiola estaba feliz, Alexandra conversaba con su padre, era una oportunidad para aprovechar y contarse todo lo que había sucedido en estos años sin verse. A pesar de todo, la relación entre Fabiola y Alexandro es muy cordial, una relación que lógicamente se inició con un amor excelso, dando paso a discusiones consecutivas que abrieron un lugar para el odio, pero con el tiempo vino la reflexión y la calma, ya superaron la etapa del resentimiento, de la rabia y de la decepción, ahora son amigos, quizás ya dejaron de amarse y por eso pueden tolerarse. Fabiana en su habitación observaba el jardín, veía las rosas, algunas mariposas revolotear y la brisa estrellarse contra el enorme árbol, y como tantas personas caminaban de un lugar a otro dejando todo hermoso.

Mauricio pasó el pañuelo por su frente mientras el papá le daba una palmada en el hombro, observó el reloj, no sé cuantas veces lo ha hecho ya, mamá caminó hacia él, imagino que le dirá lo común que es la tardanza de las novias el día de la boda, la catedral estaba repleta y las flores perfumaban el lugar. Miré la hora y recordé por un instante la conversación que había tenido con Fabiana hace dos días, sentí una ola de calor al tener el presentimiento, casi la certeza de lo que podía ocurrir, rogando a Dios que sólo fueran ideas mías,

- Alexandra estas pálida, ¿te sientes bien? – Dijo Ifigenia

- Si abuela, solo un leve dolor de cabeza, debe ser por el ajetreo de toda la semana.

El abuelo estaba afuera, rodeado de periodistas, muchos enunciados hablaban del matrimonio de la nieta de Amador Monasterio, el famoso actor, de la hija de Fabiola Monasterio, la famosa artista plástica, y de Alexandro Pietri, el famoso economista internacional. Observé el reloj y habían transcurrido 20 minutos desde la última vez que lo vi. Tomé el teléfono y llamé a la casa, escuchaba repicar pero nadie lo tomaba, respire profundamente y decidí salir de la catedral. Al ponerme de pie, observé llegar el carro de papá.

- Pensé que vendrían en la limousine. – Dijeron a coro mamá y la abuela.

Papá salio del auto, todos esperábamos ansiosamente ver caminar a Fabiana con su enorme, hermoso e impecable vestido blanco, mientras los niños lanzaban, en una coreografía típica, pétalos en el piso como una alfombra, papá caminó lentamente, se acercó a Mauricio, me levanté junto a mamá y nos dirijamos al altar, necesitando saber que sucedía.

- Dejó una nota en el espejo de su cómoda diciéndome que te entregara esta carta. La llamé a su celular pero resulta que lo dejó sobre la cama, debajo del vestido de novia.- Dijo papá casi sin aliento, preocupado. –Abre la carta, no sé donde está mi hija, los vigilantes de la mansión la vieron salir en la limousine.

Como si estuviera fuera de la realidad, con los ojos desorbitados, empapado en sudor, Mauricio rompió el sobre y leyó en voz baja:“Lo siento pero he descubierto que no te amo lo suficiente para estar contigo. toda mi vida, es lo mejor para ambos, sé que es muy tarde, pero no tanto, para encontrar una nueva felicidad, perdóname por favor. Fabiana”.

_____....

Fabiana se despertó y él ya se había ido, por un momento pensó que jamás lo volvería a ver, pero recordó sus palabras y se calmó, ya habían transcurrido tres semanas y aunque se arrepentía de lo hecho disfrutaba plenamente de su amor por César, caminó por la habitación, abrió la ventana y tan solo vio paredes de concreto, hacia abajo miles de personas caminando como hormigas, y el ruido de las cornetas por el tráfico automotor, era un pequeño departamento ubicado al sur de la ciudad, modesto, sencillo, pero era su hogar, y ahí quería ser feliz, o por lo menos abría las cortinas para que la brisa le trajera un poco de sonrisas y calma, acompañada de la valentía que necesitaba para hacer lo que se había propuesto y que había pospuesto por 21 días: Ver a su familia. Bajó por las escaleras del edificio, algunos niños jugaban en ellas y algunas señoras estaban en la puerta conversando de todo un poco y la observaban analizando hasta su último cabello. Tomó un taxi, en el caminó pensó en las posibles reacciones de su madre, su padre ya se había marchado del país, sus abuelos también, todo había vuelto a la normalidad en la enorme mansión. Al descender del auto caminó lentamente, le permitieron la entrada y saludó a los vigilantes con cortesía, observó todo como si por primera estuviese ahí y abrió la puerta principal para encontrase detrás de ella a Fabiola que la observó con gran odio.

- ¿Te dignaste a venir y darnos una explicación? – le dijo con ironía, extendió la puerta y le permitió pasar, al pie de la escalera estaba Alexandra, sentada.

- Lo hice por mi y por Mauricio, no lo amaba mamá.

- ¿Y te diste cuenta que no lo amabas precisamente cuando él estaba en la Iglesia esperándote para casarse?, ¿pensaste en cómo pudo sentirse?, ¿todos estos días has pensado en la humillación que le hiciste a ese hombre excelente, que te amaba ciegamente? – Fabiola volteó mientras iba subiendo el tono de voz. – ¿Todos estos días has pensado en la vergüenza que nos hiciste pasar? ¡A tu padre, a tus abuelos, a mí!

Fabiana trató de contener el llanto y observó a su hermana tratando de obtener ayuda, pero en el fondo de su alma sabia que tenían razón, que su decisión pudo ser correcta pero tardía y que le había hecho daño a un buen hombre.

- Sé por qué lo hiciste… ¿O debería decir por quien? – Preguntó Fabiola

- Mamá vine a verte, saber como estabas, no quiero discutir contigo. Quizás en un futuro me entiendas…

-Lo hiciste por Cesar. – Interrumpió su madre, Alexandra se levantó y se marchó a su habitación. – Y no imaginas lo decepcionada que estoy de ti, que seas tan bruta, tan tonta y sigas amando a ese delincuente, a ese vividor, pero voy a darte una lección de vida Fabiana, aprenderás de tus errores y te alegrarás de tus éxitos, en este caso no contarás con mi ayuda, ni con la de Alexandra, sola enfrentarás lo que haz hecho.

Dos criados trajeron varias maletas y la colocaron en la puerta, Fabiana observó sorprendida, quiso abrazar a su madre, pero ésta se dio media vuelta, una lágrima rodó por la mejilla de Fabiola, pero la decisión estaba tomada.

- Vete Fabiana, y cuando te des cuenta de tu gran error, como una fracasada y consciente de lo que haz hecho, tal vez, regreses.

- Si quieres que regrese arrastrada, si lo que deseas para mi es la infelicidad jamás volverás a verme, mamá. –Dijo con seguridad Fabiana y se marchó.

Cuando Cesar vio las maletas se sorprendió, ella le comentó lo sucedido y luego lo besó en los labios, la abrazó fuertemente, la alzó en sus brazos y la llevó hasta la cama, se besaron con pasión mientras se acariciaban y se susurraban palabras de amor, se desnudaron lentamente y luego fueron uno solo.

Al despertar ya no estaba, observó el techo, las paredes grises, escuchó el transitar de los vehículos en esa ciudad congestionada y se preguntó como estaría Mauricio, fue hasta la cocina y no había nada de comer, pensó en como había cambiado su vida drásticamente y cómo por obligación o necesidad aprendemos tantas cosas: cotidianas, sencillas pero posiblemente complicadas para otros, como hacer un arroz, lavar la ropa, y lucir hermosa en un lugar que le empezaba a parecer deprimente, el sonido del timbre le hizo volver en si, extrañada abrió la puerta.

- Han dejado esta carta en conserjería, es para el señor Cesar. – Dijo una señora, alta, muy gorda, llevaba un pañuelo en el cabello y una bata algo sucia. Fabiana solamente la tomó y cerró la puerta tras de si sin decir ninguna palabra, inmediatamente abrió el sobre esperando conseguir alguna respuesta a sus preguntas.

Esa noche Cesar trajo algo de comer, se sentaron en el piso mientras veían televisión, la besó en los labios y ella sonrió, lo observo a los ojos y le entregó la carta, él la miró extrañado.

- Llegó hoy y me sentí con todo el derecho de abrirla. – Dijo Fabiana.

Todo el día después de leerla estuvo pensando en las incógnitas de Cesar, de su vida, de su relación, reflexionando mucho mas notó que no conocía a sus amigos, ni a sus padres, no sabia donde había estado todo este tiempo ni donde había nacido, y la interrogante de su desaparición por dos años volvía constantemente.

- Jamás me comentaste que este apartamento estaba hipotecado. – le dijo Fabiana. – Es una carta del Banco, debes pagar lo antes posible.

- No tengo dinero para pagarlo…- Dijo él en un hilo de voz

Cada palabra se quedaba grabada en su memoria, jamás habían conversado de algo trascendental, jamás habían hablado de sus vidas, y entonces ¿en que se habían ocupado todo este tiempo? ¿Quién era ese ser? O mejor dicho ¿Quién era ella misma?

- Todos estos días al despertar no estas… pensé que estabas trabajando… - Dijo ella en voz baja, muy cerca de sus labios.

- He trabajado, pero no he ganado lo suficiente para poder pagar todo esto... Es un trabajo aquí otro allá, nada estable.. Sabes que la albañilería es así… ahora me quitarán lo poco que tengo, es una maldición ser pobre, ¡maldita sea! .- Dijo Cesar y trató de contener el llanto pero no pudo. - ¿Ahora donde viviremos? Tengo que hacer algo mi amor.

Al verlo así lo sintió tan frágil que quiso protegerlo, era solo un niño de 1,85 cm. de alto y fornido que se veía tan indefenso y parecía poder moldearlo, quiso tomarlo en sus brazos como un recién nacido, sentirse necesaria le hacia sentir bien, pero un sentimiento de lástima venia mezclado en sus emociones.

- No te preocupes yo cancelaré todo, las tarjetas de crédito aun las tengo disponibles, ya saldremos de esto. – Dijo ella con dulzura mientras le acariciaba el cabello.

Comenzó a llorar, y Fabiana lo abrazó, Cesar le dijo al oído que le cancelaría hasta el último céntimo y que todo esto sería un préstamo, pero ella no le prestó atención, se besaron una y otra vez, y ahí hicieron el amor como locos, pero le urgía saber todos los secretos de ese hombre que tanto amaba. ¿Dónde estuvo estos dos años?

© Jesus Maury, 2007, todos los derechos reservados

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Jesus, el capítulo de hoy me gustó bastante fue muy ágil y pasó lo que suponía, ahora a ver como enfrenta Fabiana su nueva vida y si su madre tiene o no la razón, pero ¿que pasó con Mauricio? imagino el cuarto capitulo lo sabré. En la boda sentí que estaba sentada al lado de la abuela jajaja.
Da gusto leer, aunque este fue mas largo.

Anónimo dijo...

Lo sabia! Fabiana no se casó ;)... Jesús: todavia tengo que esperar al final de la novela para saber si de verdad eso queda claro en el primer capitulo? me da la impresión que es asi, pero tengo mis dudas...

Por otra parte, no termino de ubicar a Cesar en el bando del bien o del mal jeje... Será realmente un 'vividor'???

PD.- La segunda fue una pregunta 'al aire', se de antemano que no la vas a responder jiji...

Saludos!!!

@JesusMaury dijo...

Hola Granda, que satisfactorio es saber que sigues la historia, y que bueno lograr que te sientas parte de ella a traves de la descripcion. Tienes razon en algo, en el cuarto cap. sabras que paso con Mauricio... saludos!!

Karla, como estas? ya en este tercer cap puedo responderte, lo que dice en el primer cap se relaciona con lo sucedido en el cap de hoy. Te invito a continuar la historia, gracias por leerme. De seguro todo encajara como un rompecabezas, lo que sucede es que juego mucho con los tiempos. Y como es Cesar? sera bueno, sera malo??? a seguir leyendo jeje

Anónimo dijo...

uiii necesito demasiado tiempo para leerlo completo... ya sabes trabajo escuela: un chingo de cosas por cierto...

llegue a tu blog por qe te gusta veronika decide morir... y es que despues de un conflicto trivial que hubo en clase, sobre la novela, que por cierto mis amigos la destrozaron... decidi ver cuantos estabamos tan errados...

qur tonteria no? pero por eso estoyu aqui..

saludos

NeoGabox dijo...

En lo que tenga más tiempo leeré todo y te daré mi opinión Jesús, me alegra que hayas arreglado los problemas con tu blog... Saludos

JocMch. dijo...

Hey! Gracias por comentar en mi blog, me alegra que te halla gustado la entrevista. xD ...



Att: JocMch! .